Saturday, September 10, 2011

¿Qué somos las personas?





1- Animales: pertenecemos al Reino Animal.
2- Tenemos espina dorsal: pertenecemos a los Filo Cordados.
3- Esta espina dorsal está segmentada —vértebras—: somos Subfilo Vertebrados.
... 4- La madre amamanta a sus crías: somos de Clase Mamíferos.
5- La gestación se realiza en el útero dentro de la placenta: somos Subclase Euteriono.
6- Nuestras extremidades tienen cinco dedos —uno de ellos "opositor" o "pulgar"—, clavícula y un único par de mamas situadas en el pecho: somos Primates.
7- Los ojos están en la parte frontal de la cabeza y el cerebro es grande en proporción al tamaño del cuerpo: somos depredadores del Suborden Antropoides.
8- Nuestros caninos —colmillos— están reducidos, la arcada dentaria tiene forma parabólica, continúa la tendencia de reducción del último molar —"muela del juicio"—, una locomoción bípeda —a dos pies—, cara progresivamente más vertical y el esqueleto está ya adaptado a la posición erguida: somos de la Familia de los Homínidos.
9- El cerebro es, notablemente, más grande y complejo que el del resto de primates; una cara más pequeña y vertical, molares de menor tamaño, la nariz más prominente así como modificaciones anatómicas y funcionales de lo que se conoce como "región pélvica" y forma general del cuerpo: somos del Género Homo.
10- El rasgo que más nos caracteriza dentro de los primates es el de la inteligencia aunque pudiera, en ocasiones, no parecerlo: Especie Sapiens.
11- Somos dos veces Sapiens para distinguirnos de la especie: Homo Sapiens Neardentalensis / Subespecie Sapiens.

Somos Homo Sapiens Sapiens. De vez en cuándo es útil recordarlo.

"Nací como quien cree que ya es bastante" (De "Cuidado, mancha").

TOMADO DEL MURO DE "DECLARACIÓN MUNDIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS".

Friday, September 9, 2011

La esclavitud y la religión



La adoraciòn a un dios al igual que la idolatría es un acto de esclavitud. Tanto el Coràn como la Biblia exortan a los creyentes a obedecer y servir a sus amos con humildad y sumisiòn. La esclavitud ha existido a lo largo de toda la historia de la humanidad y la religiòn es y ha sido su mejor aliada.



"La religión no es otra cosa que el reflejo fantástico que proyectan en la cabeza de los hombres aquellas fuerzas externas que gobiernan su vida diaria, un reflejo en que las fuerzas terrenales revisten la forma de poderes sobrenaturales."
Friedrich Engels

"Millones de seres inocentes, hombres, mujeres y niños, desde la introducción del cristianismo, han sido torturados, asesinados, puestos en prisión quemados, y sin embargo no hemos avanzado ni una pulgada hacia el consenso general. ¿Cual ha sido el efecto de obligar a la gente a creer? Que la mitad de la humanidad vive engañada y la otra mitad vive en la hipocresía, con tal de que el error y la mentira no desaparezcan del mundo."

Thomas Jefferson

Sinfónica de la ciencia - ¡El mundo cuántico!

Una investigación musical sobre la naturaleza de los átomos y las partículas subatómicas, la sacudida de las cosas que componen todo lo que vemos. Con Morgan Freeman, Stephen Hawking, Michio Kaku, Brian Cox, Richard Feynman, y Frank Close.

"El mundo cuántico" es la undécima en la Orquesta Sinfónica de curso de la Ciencia serie de videos de música.




El Rincón de la Ciencia, Tecnología y el Conocimiento ‎[Morgan Freeman]
¿Por lo tanto, de que realmente estamos hechos?
Profundizar en el interior del átomo
y usted encontrará pequeñas partículas
Se mantienen unidos por fuerzas invisibles
...
Todo está hecho
De pequeños paquetes de energía
Nacido en hornos cósmicos

[Frank Close]
Los átomos de que estamos hechos de que
Electrones con carga negativa
Girando alrededor de un núcleo voluminoso grande

[Michio Kaku]
La Teoría Cuántica
Ofrece una explicación muy diferente
De nuestro mundo

[Brian Cox]
El universo está hecho de
Doce partículas de la materia
Cuatro fuerzas de la naturaleza

Esa es una historia maravillosa y significativa

[Richard Feynman]
Supongamos que las cosas pequeñas
Se comportó de manera muy diferente
Que cualquier otra cosa grande

Nada es realmente lo que parece
Es tan maravillosamente diferentes
Que cualquier otra cosa grande

El mundo es un caos dinámico
De malabarismos de las cosas
Es difícil de creer

[Kaku]
La teoría cuántica
Es tan extraña y bizarra
Incluso Einstein no podía meter la cabeza a su alrededor

[Cox]
En el mundo cuántico
El mundo de las partículas
Nada es seguro
Es un mundo de probabilidades

(Estribillo)

[Feynman]
Es muy difícil imaginar
Todas las cosas locas
Que las cosas son realmente como

Electrones actúan como ondas
No, no exactamente
Se comportan como partículas
No, no exactamente

[Stephen Hawking]
Necesitamos una teoría del todo
Que sigue siendo un poco más allá de nuestro alcance
Necesitamos una teoría del todo, tal vez
El último triunfo de la ciencia

(Estribillo)

[Feynman]
Tengo que parar en alguna parte
Te voy a dejar algo a la imaginación

Thursday, August 18, 2011

El Esclavo Moderno - Documental


En el afán de satisfacer sus necesidades y caprichos, el ser humano se olvida de vivir, de soñar y de lo valiosa que es la vida. Este documental muestra la triste realidad de la esclavitud moderna y cómo el sistema capitalista mercantil posee el poder sobre todas las mentes de las personas. ¿Estamos condenados a obedecer? ¿Por qué servir como esclavo a los reyes capitalistas? ¿Por qué nos dejamos explotar y seguimos gastando nuestro tiempo y dinero en cosas que no necesitamos? Todavía estamos en la era de bronce y sin darnos cuenta. La peor parte es que competimos por ver quien es mejor esclavo!

De la Servidumbre Moderna - Jean Francois Brient from Teotl Nahualli on Vimeo.


Thursday, May 26, 2011

¡Vivir! de Ayn Rand

Interesante fragmento de la novela corta ¡Vivir! de Ayn Rand.

Capítulo 11 de la novela "¡Vivir!"

N. del T.: Tras una vida entera sumido en la ignorancia colectivista, el protagonista descubre la palabra y el concepto de la individualidad.

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero.

Mis manos... mi espíritu... mi cielo... mi bosque... esta tierra mía... ¿Qué debo añadir? Estas son las palabras. Esta es la respuesta.

Estoy aquí de pie, en la cumbre de la montaña. Levanto mi cabeza y extiendo mis brazos. He aquí mi cuerpo y mi espíritu, he aquí el fin de la búsqueda. Deseaba conocer el sentido de las cosas. Yo soy el sentido. Deseaba encontrar un permiso para existir. No necesito permiso alguno para existir; ni que me den el visto bueno para vivir. Yo soy el permiso y el visto bueno.

Son mis ojos los que ven, y la mirada de mis ojos confiere belleza a la tierra. Son mis oídos los que oyen, y la audición de mis oídos da su canción al mundo. Es mi mente la que piensa, y el juicio de mi mente es la única linterna que puede hallar la verdad. Es mi voluntad la que elige, y la elección de mi voluntad es el único edicto que debo respetar.

He conocido muchas palabras, algunas resultaron sabias y otras resultaron falsas, pero sólo tres son sagradas: "¡lo deseo así!"

Cualquiera que sea el camino que yo tome, la estrella que me guía está en mi interior; la estrella que me guía y la brújula que señala el camino. Señalan en una única dirección. Señalan hacía mí.

No sé si esta tierra en la que estoy es el corazón del universo o si no es más que una mota de polvo perdida en la eternidad. Ni lo sé ni me importa. Pues sé qué felicidad puedo alcanzar en esta tierra. Y mi felicidad no requiere un propósito más elevado para ser vindicada. Mi felicidad no es el medio para fin alguno. Ella es el fin. Es su propio objetivo. Es su propia razón de ser.

Tampoco soy yo el medio para que otros lleguen a los fines que anhelan conseguir. No soy una herramienta para que me usen. No son un sirviente de sus necesidades. No soy un vendaje para sus heridas. No soy un cordero a sacrificar en sus altares.

Soy un hombre. Este milagro de mi ser está para que lo posea yo y lo vele yo, y lo guarde yo, y lo use yo, y sea yo quien se arrodille ante él.

No cedo mis tesoros ni los comparto. La fortuna de mi espíritu no está para ser convertida en monedas de cobre y ser esparcida al viento cual limosna para los pobre de espíritu. Yo guardo mis tesoros: mi pensamiento, mi voluntad, mi libertad. Y el mayor de ellos es la libertad.

Nada debo a mis hermanos, ni voy buscando que estén en deuda conmigo. A nadie le pido que viva por mí, ni me ofrezco para vivir por los demás. No anhelo el alma de ningún hombre, ni está mi alma para que la anhelen los demás.

No soy ni amigo ni enemigo de mis hermanos, sino tan sólo lo que cada uno de ellos se merezca. Y para ganarse mi amor, mis hermanos han de hacer más que haber nacido. No otorgo mi amor sin razón alguna, ni al primero que se cruce en mi camino y me lo pida. Honro a los hombres con mi amor. Pero el honor es algo que cada cual ha de ganarse.

Escogeré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Y escogeré sólo a los que me satisfagan, y a ellos les amaré y respetaré, pero no les mandaré ni les obedeceré. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solo cuando así nos parezca preferible. Pues en el templo de su espíritu, cada hombre está solo. Que cada hombre guarde su templo intacto e inmaculado. Y entonces, que una sus manos con otros si lo desea, pero sólo más allá de su sagrado umbral.

Pues la palabra "Nosotros" jamás debe pronunciarse, salvo por propia elección y como segundo pensamiento. Esta palabra jamás debe ocupar el primer lugar en el alma del hombre; que sino se convierte en un monstruo, la raíz de todos los males sobe la faz de la tierra, la raíz de la tortura del hombre por parte de los hombres, y de una mentira indecible.

La palabra "nosotros" es como cal que se vierte sobre los hombres, se va depositando y se endurece como una piedra aplastándolo todo bajo su peso. Y lo blanco y lo negro se pierden en su color grisáceo. Es la palabra con la que los depravados roban la virtud a los hombres rectos, con la que los débiles roban el poderío a los fuertes, con la que los necios roban el conocimiento a los sabios.

¿En qué se queda mi alegría si todas las manos, incluso las más inmundas, pueden manosearla? ¿En qué se queda mi sabiduría si hasta los necios pueden mandarme? ¿En qué se queda mi libertad, si todas las criaturas, incluso las más viles e impotentes, son mis amos? ¿En qué se queda mi vida, si he de inclinarme, aceptar y obedecer?

Pero ya no tolero más este credo de corrupción.

He acabado con el monstruo "Nosotros", la palabra de la servidumbre, el saqueo, la miseria, la falsedad y la infamia.

Y ahora veo el rostro del dios, y alzo este dios sobre la tierra, este dios que los hombres han buscado desde que existen, este dios que les dará la alegría, la paz y el orgullo.

Este dios, esta sola palabra:

"Yo".



Traducido por Antonio Mascaró Rotger

Saturday, May 21, 2011

¡Atrévete a ser tú mismo!



Por Yamileth Freethinker



El pensar por mí misma es una habilidad que se cultivé a medida fui creciendo. De pequeña aprendí el hábito de seguir y obedecer ciegamente una figura de autoridad sin tan siquiera cuestionar el razonamiento que otros usaban. Otro error era el repetir inocentemente lo que otras personas siempre han hecho de cierta manera. Con el tiempo comprendí que el hecho que muchas personas crean algo, no lo hace necesariamente cierto.


Los obstáculos más grandes que encontré para desarrollar un pensamiento crítico fueron la conformidad, el temor y la ignorancia. Y aunque sigo siendo ignorante en muchas cosas, ahora aprendo con una mente propia y analítica la cual me permite ser librepensadora.
Para pensar bien se necesita del razonamiento, el cual es un tipo de pensamiento especial que nos permite llegar a una conclusión mediante el cuestionamiento, reflexión y evaluación de una proposición.


A continuación expondré algunas maneras de cómo desarrollar un pensamiento crítico que me han servido muchísimo en lo personal.


1) No tenga miedo de parecer estúpido ante los demás. No tenga miedo de preguntar, cuestionar lo que nunca antes otros de su grupo se han atrevido hacer. Se podría sorprender a usted mismo, y a otros, si se diera la oportunidad de pensar por usted mismo al usar sus propias ideas.
2) Permítase ser usted mismo y pensar independientemente. Si la sociedad, la familia, y la presión de grupo le han hecho creer que debe ser como que ellos quieren que sea, y pensar como ellos piensan, permítase usted liberarse de ese condicionamiento o tabú que le impide ser usted mismo. Recuerde el dicho que si alguien mete la mano al fuego, o se avienta a un precipicio, usted no tiene por qué hacer lo mismo.


3) Si duda de algo, pregunte. No sea tímido ni se quede con la duda. No se conforme con dudar solamente, pregunte, investigue, pida diferentes opiniones y luego analícelas con calma. Tampoco se conforme con respuestas incompletas o inválidas que no le hagan sentido. Haga sus propias conclusiones.


4) Cuestione la autoridad, no se deje intimidar y manipular, ni ponga su propia experiencia por debajo de dicha autoridad. Si le dicen que la luna es cuadrada no por eso va a creerles, ya que en su propia experiencia ha visto que la luna no es así. Si le hacen creer que hay demonios y ángeles y todo tipo de elementos sobrenaturales, ¿qué le dice su experiencia en la realidad cotidiana?

5) Trate de entender a las demás personas. Por ejemplo, si le ordenan que haga algo que solo es de beneficio para esa persona o institución, no dude en cuestionarlo. Pregúntese qué motiva a esta persona a influenciarle de esa manera. ¿Qué quieren de usted? No se sienta en la obligación de seguir las multitudes. Su deber moral es primeramente para con usted mismo, su integridad, honestidad intelectual y autocontrol de sí mismo.


6) Confíe en sus propios pensamientos. Si algo le da la sensación que no está bien, es muy probable que algo esté mal con lo que le han hecho creer. Trate de despejar esa duda y no subestime su propia lógica. Investigue, comience de cero y no dé por hecho todo lo que los demás piensan aunque sean la mayoría. El sometimiento y la fe ciega van en contra de la razón.

7) Mantenga la calma. La calma le ayuda a mantenerse en control de sí mismo y a permanecer objetivo para poder pensar con claridad, pensar racionalmente y elegir libre de presiones externa y emociones. Cuando uno se encuentra en una discusión o debate acalorado y pierde la calma, también disminuye su capacidad de pensar racionalmente. Los pensamientos se mantienen objetivos si se razona tranquilamente con una mente fría.



8) Reúna las evidencias antes de hacer una conclusión. Pregúntese si ya tiene todos los datos y evidencias que necesita. Si hay espacios en blanco que llenar aun, evite hacer conclusiones precipitadas. El que usted ignore algo no quiere decir que la respuesta de su vecino es la correcta solo porque no hay otra alternativa evidente. Siga investigando.


9) Vea las cosas desde diferentes perspectivas. Si usted está tratando de resolver un problema, trate de verlo de diferentes maneras. Si de una forma no funciona, busque otra. Evalúe diferentes perspectivas, por ejemplo, piense en alguien que creció en Afganistán, qué piensa esta persona respecto a una idea igual que uno que creció en Estados Unidos u otro país? ¿Qué tal que usted hubiese nacido en Afganistán, como pensaría respecto a la misma idea y por qué?



10) Cultive la empatía. Es más fácil entender a las personas cuando usted trata de entender las situaciones que rodean a éstas, tales como las influencias culturales, educación, adoctrinamiento religioso, experiencias traumáticas, temores y otros problemas emocionales, etc. Trate de ponerse en los zapatos del otro para entender su opinión. También es muy importante tratar de entender como el otro lo mira a usted tomando en cuenta lo que la otra persona piensa.


11) Sea valiente. A veces se necesita mucho coraje para decir con firmeza "No estoy de acuerdo contigo," pero usted debe ser bondadoso con usted mismo y no rendirse solo por no enfrentar las situaciones que se le presentan. Toma mucho tiempo y esfuerzo pensar independientemente, pero entre menos lo ponga en práctica más tiempo le va tomar habituarse a ser usted mismo.

12) Cuestione las evidencias. El mundo está lleno de personas que quieren hacerle creer las cosas que les convienen. Desde quererle convencer de comprar una crema antiarrugas, un parche reductor de grasa, amuletos, anillos de su signo zodiacal, un casco anti-extraterrestres, pasajes al paraíso en oferta, y hasta convencerle de que hay remedios mágicos alternativos a la medicina, y por supuesto, cobrarle por ello. No se permita que lo engañen, ni lo utilicen descaradamente.

Tuesday, May 3, 2011

Ricky Gervais: Por Qué Soy Ateo

Traducido por Daniel Barona Narváez. (ver el original en Inglés)

¿Por qué no crees en Dios? Me hacen esta pregunta todo el tiempo y siempre trato de dar una respuesta sensible y razonada. Esto es usualmente incómodo, una pérdida de tiempo, e inútil. Las personas que creen en Dios no necesitan pruebas de su existencia, y ciertamente no desean evidencias de lo contrario. Son felices con sus creencias. Incluso dicen cosas como “es verdad para mí” o “eso es fe”. Aún así doy mi respuesta lógica porque siento que no ser honesto sería denigrante y maleducado. Es irónico, entonces que el hecho de que “no creo en Dios porque no hay evidencia científica en lo absoluto para su existencia, y por lo que sé, la definición misma es una imposibilidad en este universo conocido”, sea al mismo tiempo algo denigrante y maleducado.


La arrogancia es otra acusación, lo cual parece particularmente injusto. La ciencia busca la verdad, y no discrimina. Para bien o para mal, descubre cómo son las cosas. La ciencia es humilde. Sabe lo que sabe, y sabe qué es lo que no sabe. Basa sus conclusiones y creencias en evidencia sólida –evidencia que es constantemente actualizada y mejorada. No se ofende cuando nuevos hechos salen a la luz. Abraza al cuerpo de conocimiento. No se sostiene en prácticas medievales porque ellas son tradición. Si lo hubiera hecho, no podrían utilizar la penicilina, tendrías que hacer un agujero a través de tus pantalones y rezar. Cualquier cosa que “creas” no es tan efectiva como la medicina. De nuevo puedes decir “esto funciona para mi”, pero también los placebos. Mi punto es que digo que Dios no existe. No digo que la fe no existe, sé que la fe existe; la veo todo el tiempo. Pero creer en algo no lo hace verdadero. Esperando que algo sea verdad no lo convierte en verdad. La existencia de Dios no es subjetiva: el existe o él no existe. No es una cuestión de opinión. Tú puedes tener tus propias opiniones, pero no puedes tener tus propios hechos.


¿Por qué no creo en Dios? No, no, no. ¿Por qué TÚ crees en Dios? Seguramente la carga de la prueba cae sobre el creyente. Ustedes empezaron esto. Si yo vengo y te digo “¿por qué no crees que yo pueda volar?” tu dirías, “¿por qué debería hacerlo?”. Yo respondería “porque es una cuestión de fe”. Y si yo luego dijera “Prueba que no puedo volar. Prueba que no puedo volar… ¿ves?, ¿ves? No puedes probarlo, ¿o sí?”, probablemente te irías caminando o llamarías a seguridad, o me arrojarías a través de la ventana gritando “vuela entonces lunático”.
Este es, por supuesto, un tema de espiritualidad, la religión es un tema diferente. Como ateo, no veo nada de “malo” en creer en un dios. No pienso que exista un dios, pero la creencia en él no hace daño. Si te ayuda de algún modo, entonces está bien por mí. Es cuando las creencias empiezan a infringir los derechos de otras personas lo que me preocupa. Nunca negaré tu derecho a creer en un dios, pero sí me preocuparé de que no maten gente que cree en un dios diferente, por ejemplo; o que apedreen a alguien hasta la muerte porque tu libro sagrado dice que su sexualidad es inmoral. Es extraño que alguien que cree que un ser todopoderoso y omnisapiente responsable por todo lo que pasa, querría también juzgar y castigar a la gente por lo que es. De lo que puedo ver, el peor tipo de persona que puedes ser es un ateo. Los primeros cuatro mandamientos inciden sobre este punto. “Hay un Dios, yo soy Él, nadie más lo es, ustedes no son tan buenos y no lo olviden”. (“No matar” no se menciona hasta el punto número seis).



Cuando me veo confrontado con alguien al que le desagrada mi carencia de fe religiosa, simplemente digo “es la manera en la que Dios me hizo”.


¿Pero realmente de qué son acusados los ateos?



La definición de diccionario de Dios es “un creador y supervisor sobrenatural del universo”. Incluidos en esta definición están todas las deidades, diosas, y seres sobrenaturales. Desde los inicios de la historia registrada, la cual está definida por la invención de la escritura por los Sumerios alrededor de 6000 años atrás, los historiadores han catalogado más de 3700 entes sobrenaturales, de los cuales 2870 pueden ser considerados deidades.



Así que la próxima vez que alguien me diga que cree en Dios, diré “¿En cuál? ¿Zeus?, ¿Hades?, ¿Júpiter?, ¿Marte?, ¿Odín?, ¿Thor?, ¿Krishna?, ¿Vishnu?, ¿Rá?...”. Y si dice “Sólo Dios. Yo solo creo en el único Dios”, señalaré que es casi tan ateo como yo. Yo no creo en 2870 dioses, mientras que él no cree en 2869.


Yo alguna vez creí en Dios. Me refiero al Dios cristiano. Yo amé a Jesús; él era mi héroe. Más que las estrellas de pop, más que los futbolistas, más que Dios. Dios por definición era omnipotente y perfecto. Jesús era un hombre, y tuvo que luchar en ello. Tuvo tentaciones pero venció al pecado; tuvo integridad y coraje. Pero era mi héroe porque era bueno. Y era bueno con cualquiera. Él nunca presionó ni fue tirano ni cruel con sus coetáneos. No le importaba quién fueras. Él te amaba. ¡Qué tipo!, yo quería ser como él.


Un día, cuando tenía unos 8 años de edad, estaba dibujando la crucifixión como parte de mi tarea de estudio de la Biblia. También amaba el arte, y la naturaleza. Amaba cómo Dios había hecho a todos los animales; eran casi perfectos. Incondicionalmente bellos. Era un mundo maravilloso.


Yo viví en un área urbana de clase trabajadora muy pobre llamada Reading, a unas 40 millas al oeste de Londres. Mi padre era un jornalero y mi mamá ama de casa. Nunca me avergoncé de la pobreza; era casi noble. Incluso, todos los que yo conocía estaban en la misma situación, y yo tenía todo lo que necesitaba. La escuela era gratis, mi ropa era barata y siempre limpia; y mamá estaba siempre cocinando. Ella estaba cocinando el día que yo dibujaba la crucifixión.
Yo estaba sentado en la mesa de la cocina cuando mi hermano llegó a casa. El era 11 años mayor que yo, así que tendría unos 19. Era tan listo como cualquiera que yo conocía, pero también era molesto. Siempre contestaba todo y se metía en problemas. Yo era un niño bueno; iba a la Iglesia y creía en Dios – que alivio para una madre de clase trabajadora. Verán, al crecer en donde yo viví, las mamás no aspiraban a algo tan alto como para querer que sus hijos fueran doctores; simplemente esperaban que sus hijos no vayan a la cárcel. Háganlos crecer creyendo en Dios y serán buenos y respetuosos de la ley. Es un sistema perfecto. Bueno, casi. 75% de los Americanos son cristianos temerosos de Dios; 75% de los prisioneros son cristianos temerosos de Dios. 10% de los Americanos son ateos; 0.2% de los prisioneros son ateos.


En fin, ahí estaba yo dibujando muy feliz a mi héroe, cuando mi hermano mayor Bob preguntó “¿por qué crees en Dios?”. Una simple pregunta, pero mi mamá entró en pánico. “Bob”, dijo ella en un tono que yo sabía que significaba “cállate”. ¿Por qué era eso algo malo para preguntar? Si había un Dios y mi fe era fuerte, no importaba lo que dijera la gente.


¡Un momento! Dios no existe. Él lo sabe y ella lo sabe en su interior. Era tan simple como eso. Empecé a pensar acerca de ello y haciéndome más preguntas, y después de una hora, era un ateo.


Wow, Dios no existe. Si mamá me había mentido acerca de Dios, ¿también lo había hecho con Santa? Sí, por supuesto, ¿pero a quién le importa? Los regalos seguían viniendo, así como los regalos de mi recién descubierto ateísmo. Los regalos de la verdad, la ciencia, y la naturaleza. La verdadera belleza de este mundo. Aprendí de evolución – una teoría tan simple que solo el más grande genio de Inglaterra había dado con ella. La evolución de las plantas, los animales, y nosotros – con imaginación, libre albedrío, amor y humor. Nunca más necesité una razón para mi existencia, solo una razón para vivir. Y la imaginación, el libre albedrío, el amor, el humor, la diversión, la música, los deportes, la cerveza y la pizza son todas muy buenas razones para vivir.
Pero vivir una vida honesta – para ello tu necesitas la verdad. Esa fue la otra cuestión que aprendí ese día: que la verdad, aunque chocante e incómoda, al final lleva a la liberación y a la dignidad.


Así que, qué significa realmente la pregunta “¿por qué no crees en Dios?”. Yo creo que cuando alguien pregunta eso, en verdad están cuestionando sus propias creencias. En cierto sentido, ellos preguntan “¿qué te hace tan especial?”, “¿cómo es que no te lavaron el cerebro como al resto de nosotros?”, “¿cómo te atreves a decir que soy un tonto y que no iré al cielo?”. Seamos honestos, si una sola persona creyera en Dios, sería considerada algo extraña. Pero como es una visión muy popular, es aceptada. ¿Y por qué es una visión tan popular? Es obvio, es una proposición atractiva. Cree en mí y vivirás por siempre. De nuevo, si fuera solo materia de espiritualidad estaría bien. “Haz a los otros…” es una buena regla. Yo vivo según ella. Perdonar es probablemente la mayor virtud que existe. Pero eso es exactamente lo que es: una virtud. No solo una virtud cristiana. Nadie es dueño de la capacidad de ser bueno. Yo soy bueno, solo que no creo que vaya a ser recompensado por ello en el cielo. Mi recompensa es aquí y ahora. Es saber que trato de hacer lo correcto; que vivo una vida buena. Y ahí es donde la espiritualidad realmente pierde su camino: cuando se convierte en una herramienta para golpear a la gente. “Haz esto o te quemarás en el infierno”. No te quemarás en el infierno, pero sé bueno de todos modos.

Monday, May 2, 2011

¿De Qué Tienes Miedo?

Autor: Aida-Coach de la Profesional

¿Cuánto tiempo llevas posponiendo algo porque tienes miedo? A lo mejor tu trabajo no te gusta y querrías un puesto de mayor responsabilidad o cambiar de trayectoria profesional, o empezar tu propio negocio. Puede que quieras cambiar otro tipo de situación no relacionada con tu trabajo, pero no te atreves, te da miedo, ¿verdad? Así que te pones todo tipo de excusas para posponer lo que quieres o, simplemente, para no hacerlo.

Todos tenemos excusas y miedos a los que, a veces, permitimos jugar un papel importante en nuestra vida. Los conocidos "Sí, pero...soy muy joven, muy mayor, no tengo suficiente experiencia, es demasiado tarde, cómo voy a cambiar de idea ahora, no voy a tirar por la borda todos los años de estudio..." Puedes encontrar todas las excusas que quieras. Excusas que te facilitan no tener que abandonar lo conocido, no tener que probar nada nuevo, pero que suponen un obstáculo a la hora de conseguir tus objetivos y sueños.

Si el trabajo que haces no es lo que quieres, eso significa que pasas al menos ocho horas al día haciendo algo que no te gusta, en un sitio que no te gusta y sintiéndote culpable porque te gustaría estar haciendo otra cosa y no das lo mejor de ti misma. Y si hablamos de otros aspectos de tu vida igual, te pasas sufriendo la mayor parte del tiempo. ¿No te parece que ya es suficiente?

Si realmente quieres hacer algo al respecto, es hora de dejar de quejarse y de ponerse manos a la obra. Por supuesto es mas fácil decirlo que hacerlo, pero tu desafío está en saber encontrar la oportunidad en estas circunstancias. Al final, las excusas no son más que miedo y el primer paso a dar es identificar qué es lo que verdaderamente te asusta. Estos son los miedos mas comunes:

  • Miedo a los cambios. A casi nadie le gustan los cambios y mucha gente prefiere olvidarse de lo que realmente quiere antes que enfrentarse a cualquier tipo de cambio. Sin embargo, los cambios no tienen por que ser para mal, al contrario, te pueden traer muchas cosas buenas (seguro que te acuerdas de alguna ocasión en la que un cambio fue para bien). Por otro lado, los seres humanos nos adaptamos a prácticamente todo y es algo a tener siempre en mente, que nos adaptamos a las cosas nuevas y empezamos a considerarlas normales en poco tiempo (y te lo dice alguien que ha cambiado de ciudad, de país, y de carrera).

  • Miedo a lo desconocido. A veces es difícil enfrentarse a lo desconocido, con el resultado de que prefieres quedarte como estás, aunque no seas feliz. Es a lo que estás acostumbrada, lo que conoces, lo que puedes manejar y eso es más fácil que atreverse a dar el salto a lo desconocido. Pero piensa, ¿te va a llevar a algún sitio quedarte ahí sin hacer nada?

  • Miedo a cometer errores. Todos cometemos errores, somos seres humanos. Lo errores nos enseñan muchas cosas y al contrario de lo que piensas, lo malo no es cometer un error, sino lo que haces para remediarlo (si es que es necesario remediarlo). Así que no te preocupes tanto por cometer errores, que para casi todo hay solución y que a base de errores se aprende; por no mencionar las cosas que se han descubierto por error (por ejemplo la penicilina).


  • Miedo al éxito. Mucha gente teme las supuestas consecuencias negativas del éxito, los sacrificios que en teoría te va a conllevar. Te convertirás en alguien egoísta, materialista, esnob...No tendrás tiempo para tus seres queridos, y mucho menos para ti misma. Pero sabes qué, tu tienes mucho más control sobre tu vida del que quieres admitir. Puedes decidir cuáles son tus prioridades y ponerlas en primer lugar. Además, el éxito y el dinero no te van a convertir en una mala persona si nunca lo has sido. Una vez oí que el dinero te hace más de lo que ya eres. Así que si eres una buena persona y te gusta ayudar a los demás, tener mas dinero hará que puedas ayudar incluso más.


  • Miedo a tomar una decisión equivocada. Para muchas de vosotras tomar decisiones es un castigo. Quieres estar segura de que sea la decisión correcta, la mejor. No quieres cometer un error del que te arrepientas toda la vida, ¿verdad? Te equivocas, no necesitas la decisión perfecta, sino una lo suficientemente buena, que se ajuste a tus valores y necesidades. Además, la mayor parte de las decisiones (sobre todo las relacionadas con tu carrera profesional) no son de por vida; en la mayoría de los casos puedes cambiar de opinión. Y como mencioné antes, lo que realmente importa es lo que hagas con las consecuencias de tus decisiones.


  • Miedo al fracaso. ¿Y qué pasa si fracasas? Aprenderás la lección y no cometerás los mismos errores la siguiente vez. Hasta los personas con más éxito han fracasado alguna vez. Así es la vida. Así que simplemente ten en cuenta que el fracaso no es malo, es un paso mas hacia el éxito.


  • Miedo a no estar a la altura. Te asustan la alta responsabilidad, las expectativas, no ser capaz de hacerlo tan bien como deberías, no triunfar en todo lo que hagas. Si has sido elegida para un puesto de responsabilidad es porque te lo mereces, porque vales para ello. ¿O tú crees que te lo habrían ofrecido si no fueras capaz de hacerlo?



Todo el mundo ha tenido miedo en uno u otro momento de su vida y es normal. Lo que es importante es identificar claramente cual es tu principal miedo, para que puedas racionalizarlo y descubrir cómo puedes sentirte mejor. Por ejemplo, si tienes miedo al fracaso tener un plan b te hará sentir más segura.

Por otro lado, ¿qué es lo peor que puede pasar? Considera estas preguntas: "¿Qué pasaria si...?" Y entonces, ¿qué?...Y ¿qué? Por ejemplo, ¿qué es lo peor que podría pasar si no fueras lo suficientemente buena para el trabajo? Me despedirían. ¿Y que pasaría si te despidieran? Me sentiría fatal, pero supongo que encontraría otro trabajo. ¿Y que? Supongo que no pasaría nada, sobreviviría.

En la mayoría de los casos, ese final tan temido no sería tan malo como esperas y desde luego sobrevivirías. Si tienes claro qué es lo que quieres conseguir y tienes una estrategia con objetivos realistas, serás capaz de, paso a paso, seguir adelante a pesar del miedo. Ni siquiera tienes que superar los miedos, no tienes que vencerlos; solo tienes que seguir adelante a pesar de ellos.

No dejes que tus excusas y miedo te hagan conformarte con menos de lo que quieres o, peor, con algo que ni siquiera quieres. Tienes derecho a disfrutar de tu trabajo y de todas las áreas de tu vida.
¿Y tú de qué tienes miedo?



http://www.articuloz.com/coaching-articulos/de-que-tienes-miedo-4539026.html

Thursday, April 28, 2011

El pensamiento de mala calidad cuesta tanto en dinero y como en calidad de vida





«¿Por qué pensamiento crítico?

El problema:

Todo el mundo piensa; es parte de nuestra naturaleza. Pero, mucho de nuestro pensar, por sí solo, es arbitrario, distorsionado, parcializado, desinformado o prejuiciado. Sin embargo, nuestra calidad de vida y de lo que producimos, hacemos o construimos depende, precisamente, de la calidad de nuestro pensamiento. El pensamiento de mala calidad cuesta tanto en dinero como en calidad de vida. La excelencia en el pensamiento, sin embargo, debe ejercitarse de forma sistemática.

Una definición:

El pensamiento crítico es ese modo de pensar —sobre cualquier tema, contenido o problema— en el cual el pensante mejora la calidad de su pensamiento al apoderarse de las estructuras inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares intelectuales.

El resultado:

Un pensador crítico y ejercitado:

- Formula problemas y preguntas vitales, con claridad y precisión.
- Acumula y evalúa información relevante y usa ideas abstractas para interpretar esa información efectivamente.
- Llega a conclusiones y soluciones, probándolas con criterios y estándares relevantes.
- Piensa con una mente abierta dentro de los sistemas alternos de pensamiento; reconoce y evalúa, según es necesario, los supuestos, implicaciones y consecuencias prácticas y
- Al idear soluciones a problemas complejos, se comunica efectivamente.

En resumen, el pensamiento crítico es auto-dirigido, auto-disciplinado, autoregulado y auto-corregido. Supone someterse a rigurosos estándares de excelencia y dominio consciente de su uso. Implica comunicación efectiva y habilidades de solución de problemas y un compromiso de superar el egocentrismo y socio centrismo natural del ser humano».

La Mini-Guía para el Pensamiento Crítico, Conceptos y Herramientas
[Extracto de una publicación de The Critical Thinking Community]

La Sinfónica de la Ciencia : Todos Estamos Conectados, Una Ola de Razón



"Sé que las moléculas en el cuerpo tienen su origen en los fenómenos del Cosmos. Eso me da ganas de agarrar la gente en la calle y decirles" ¿Has oído eso?"

"La belleza de un ser vivo no son los átomos que hay en ella, sino la forma en que esos átomos se unen".

"Creo que es sublime y estimulante descubrir que vivimos en un Universo que permite la evolución de las máquinas moleculares tan intrincadas y sutiles como nosotros."

"Todos estamos conectados
Unos a otros,biologicamente
A la tierra, quimicamente
Al resto del Universo, anatómicamente"

"Entre más preguntas contestamos
Mas preguntas aparecen para contestar
Entre más encuentras que hay que investigar
Mas preguntas te haces
Y esa es la belleza de la ciencia"

La Sinfónica de la Ciencia es un proyecto musical creado por músico John Boswell de Washington que se especializa en música electronica. El proyecto tiene por objeto "difundir el conocimiento científico y la filosofía a través de remezclas musicales." Boswell usa tonos de audio corregido y muestras de video de programas de televisión con los científicos y educadores populares. Los clips de audio y video se mezclan en mashups digitales y se anotan con composiciones originales de Boswell. Dos de los videos musicales de Boswell, "un amanecer glorioso" y "todos estamos conectados", apariciones en función de Carl Sagan, Richard Feynman, Neil deGrasse Tyson, Bill Nye, y Stephen Hawking. El audio y el video son muestras sacados de la televisión y programas científicos como Cosmos, El Universo, Los ojos de Nye, El Universo Elegante, y el Universo de Stephen Hawking.

Wednesday, April 27, 2011

El Miedo a la Libertad: Erich Fromm



En su libro "El Miedo a la Libertad," Erich Fromm describe el crecimiento de la libertad humana y la auto-conciencia de la Edad Media hasta los tiempos modernos, pero con un resultado problemático. El hombre moderno, liberado de las ataduras pre-individualistas de la servidumbre y cosmologías gastadas pueden hacer del humano un ser aislando, ansioso y solitario. Para escapar de esa condición desagradable es fácil entrar en nuevas dependencias y girar a los estados autoritarios y las instituciones que proveen un sentido, identidad, y seguridad emocional como las religiones y otros grupos manipuladores de masas. En 1941, Fromm propuso claramente que el nazismo jugó ese papel con resultados horribles en la Segunda Guerra Mundial y sus secuelas. La alternativa a la extrema dependencia y el sometimiento a la autoridad, dice Fromm, es avanzar hacia una libertad positiva basada en la independencia y la individualidad de las personas que trabajan en conjunto por el bien de la humanidad. El reto de disfrutar y sacar provecho de la diversidad entre las personas y estilos de vida es un desafío que siempre está presente, ya que el miedo a la libertad y el miedo a ser rechazados por quienes piensan diferente son una barrera dificil de derribar.

El Derecho de Soñar: Eduardo Galeano

No la Dejes Ir: Walt Whitman


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...


Walt Whitman

10 Razones por las cuáles no creo en dioses

1. Porque dejé de pensar como niña obediente y descubrí que no necesitaba de ningún dios para absolutamente nada, y porque me cansé de fingir ser lo que nunca fuí. Porque llegó un momento que me asqueó estar sentada en una iglesia por costumbre y manipulación de mis progenietores.

2. Porque la razón y el sentido común me hicieron comprender que la existencia de cualquier dios es ilógica e infantil, y que los seres humanos crearon a los dioses conforme a sus necesidades y conveniencias.

3. Porque no existe evidencia alguna de la existencia de seres sobrenaturales tales como hadas, unicornios, duendes, dioses, snorkers, ángeles, demonios, espíritus del más allá, auras, trineos que vuelan, etc.

4. Porque gracias a la ciencia básica ya no necesito la idea de un dios para justificar mi existencia ni la del universo, y no me hace sentido racionalmente la idea de un creador, ya que cualquier evento que existiese antes del primer segundo del Universo habria que tener causa y éstas son infinitas.

5. Porque tengo una perspectiva evolucionista y naturalista del Universo, y todo lo sobrenatural queda reducido a ficción, superstición, ignorancia y borreguismo.

6. Porque soy más fuerte que otros al aceptar que no hay vida después de la muerte y que existencialmente hablando no soy especial con respecto a otros animales, ya que estoy condenada a morir, y acepto que ese será el final de toda mi existencia. Lo cual no me parece mal, despues de todo existir por siempre seria una prisión insoportable y la vida no seria igual de valiosa. Sé que los átomos que ahora forman mi cuerpo serán reciclados y mi consciencia desaparecerá con la muerte cerebral.

7. Porque no tengo la necesidad de un ser imaginario a quien rendirle cuentas de mis actos para que me perdone. Por lo contrario, soy capaz de decidir por mi lo que es correcto e incorrecto para mi, acepto la responsabilidad de auto regirme por una ética legítima, y no porque un ser externo así lo demanda.

8. Porque aunque me enseñaron una religión desde niña, y crecí en un ambiente bastante fanático, tuve el coraje de cuestionar esas ideas absurdas y enfrentarme a mi misma y a los prejuicios de mi familia, amigos y demás gente que trató de sobornarme con amenazas ridículas.

9. Porque no puedo aceptar como cierto algo por muy confortante que suene sin cuestionarlo y relacionarlo con todo lo que he visto, oído y aprendido de la historia de nuestra especie.

10. Porque comprendí que la idea de un ser supremo es una carnada para manipular masas, y que a lo largo de la historia ha servido para beneficio de los líderes religiosos y políticos de cualquier punto geográfico y de cualquier época.

Un Nuevo Concepto de Egoísmo: El Egoísmo Constructivo

Generalmente cuando decimos egoísmo, nos referimos a un exceso de amor propio. Sin embargo, yo pienso que mi egoísmo es el motor de todas mis acciones, ya sean malas o buenas, incluso las más altruistas.

Tener la valentía de romper los grilletes de una serie de conceptos que van en contra de nuestro ego y de nuestra identidad, es lo que llamo el valor de ser uno mismo, y éste egoísmo sano y racional es la llave para conseguir la paz con nuestro ego, sin la cual es muy difícil, por no decir imposible, tener buenas relaciones con los demás.

El Dr. David Seabury, en su libro, The Art of Selfishness, dice que muchas personas no son ellas mismas porque malentienden el egoísmo, y son manipuladas por otras personas que logran lo que se proponen simplemente mediante el chantaje de acusarlos de ser egoístas. En muchos de los casos estas personas no-egoístas terminan accediendo a las imposiciones de otras personas con tal de demostrarles que no son egoístas.

Algunos hemos sido entrenados para que nos sintamos culpables cuando no aceptamos la petición de alguien, desde rechazar un plato de comida que nos apetece, qué carrera estudiar en la universidad; hasta decidir el número de hijos que alguien debe tener, a que edad, y con quién. Cuando en realidad las personas que se aprovechan de usted son los verdaderos egoístas.

Algunos fanáticos religiosos, por ejemplo, le dirán que usted debe soportar las cargas y presiones que otras personas le imponen porque así lo quiere su dios, y usan sus supersticiones y tabúes para hacerle sentir poco humilde, sólo por querer decidir por usted mismo. El problema mayor es que las supersticiones muchas veces impiden que solucionemos nuestros problemas adecuadamente. Hay gente que todavía sigue pensando que las transfusiones de sangre son desagradables a su dios, e incluso prefieren morir con tal de no desobedecer las reglas de su religión. Existen muchas familias victimas de abuso doméstico que no ponen un alto a este problema por tal de cumplir con los estándares que exige la sociedad y las religiónes. Y es el sentimentalismo hacia estas personas que hace que usted ceda a la presión que hacen sobre su vida.

Un paso indispensable que hay que tomar para deshacerse de esa sumisión opresiva, es quitarse la idiotez santificada que a menudo llamamos nuestros valores morales, y me refiero a aquellos principios que van en contra de nuestra naturaleza. De la misma manera que hemos renunciado a los mitos de que la tierra era plana, y ya no creemos que haya un infierno debajo de Wall Street, así debemos renunciar al mundo supersticioso, lleno de temores y complejos de conducta que cargamos sólo por seguir agradando a los demás. Antes se creía que el ser humano tenía una naturaleza mala y que por lo tanto éste debía ser reprimido. Esos mitos ya son cosa del pasado. La verdadera moral de ser humano es una cualidad que compartimos con los demás primates y otras especies animales que muestran instintos sociales.

El Dr. de Waal, quien es el director de la Living Links Center de la Universidad de Emory, sostiene que todos los animales sociales han tenido que limitar o modificar su comportamiento en distintas formas para que la vida del grupo valga la pena. Esas limitaciones, evidentes en monos y más aún en los chimpancés, son parte de la herencia humana, también, y en su opinión, forman el conjunto de comportamientos a partir de los cuales la moralidad humana se ha conformado. Esto quiere decir que no se necesita de religión para tener ética, ya que la moral es una cualidad humana que caracteriza no solo a los religiosos, sino también a los no religiosos y hasta otras especies sin dioses. Y que además, cuando la moralidad es verdadera, ésta está en armonía con nuestros instintos naturales.

El Dr. Seabury enfatiza dos principios que son los necesarios para equilibrar nuestro egoísmo. El primero lo llama Ley Básica del Ser, y el segundo la Formula de las Relaciones Humanas, dado que estar contentos con nosotros mismos y en paz con nuestros semejantes son dos axiomas importantes en la vida.

La Ley Básica del Ser, se puede resumir en lo siguiente: No Transija a costa de sus principios, en otras palabras, no sacrifique su integridad por muy apremiante que sean las situaciones. Póngase a pensar como opera la naturaleza y obedézcala, por su bien. Olvídese de supersticiones y mitos que le impiden resolver sus problemas, piense mejor en las leyes cósmicas que lo rigen. No busque lo que le conviene a los demás por encima de sus intereses, ni lo que tiene que decir una u otra religión sobre sus decisiones. A la hora de tomar decisiones, lo que le debe importar es cuánto le afectan a usted. Su deber primordial es hacia usted mismo.

Sea objetivo. No permita que las opciones y problemas de los demás le hagan perder el éxito de sus relaciones con su familia, amigos, y demás personas con que usted interacciona. Cuando usted convive con otras personas, tenga en cuenta que a su ego no le gusta doblegarse al orgullo de otra persona, ni viceversa. Es necesario adaptarse a las necesidades de las situaciones y no insistir en que su compañero sea subordinado a su voluntad (Formula de las Relaciones Humanas.)

El arte del egoísmo consiste en que usted aprenda a cuidar de sus necesidades, y a no permitir que otras personas lo hagan por usted. No olvide que el auto sacrificio hace daño y lo llevará al fracaso, y que usted tiene derecho a cambiar de parecer, ya sea que le guste o no a otras personas. Aprenda a decir "no", "basta","lo siento, pero no." Cuestione sus actitudes ante las críticas de los demás. No de dé por aludido de primas a primeras, ni acepte normas que van en contra de su integridad. Pregúntese, ¿Es pecaminoso que usted se proteja cuando es atacado? ¿Es saludable para su ego poner siempre la otra mejia? No estoy diciendo que usted deba pelear como lo hacen las bestias para sobrevivir, lo que quiero ilustrarle es que pocas veces necesitará pelear, si usa la inteligencia a su favor.

Vea el mundo, como lo que es, un mundo incivilizado, lleno de costumbres, mitos y prejuicios santificados donde usted debe aprender a sobrevivir exitosamente. Suelte un poco su ego constructivo, y deje que éste decida sus propias responsabilidades, seleccione sus amigos, sea el dueño de su tiempo y mida sus propias normas.

Sunday, April 24, 2011

¿Necesito disculparme por ser atea?

por Glenys Álvarez
13 de julio de 2009

Sin Dioses — La lupa herética — Columna del 13 de julio de 2009

Como atea, siempre he sentido que camino en cuclillas, sobre la preocupación de lo que pueda despertar este hecho en mi interlocutor. Igual que el homosexual en el ejército, recurro al silencio para nadar mejor dentro de la intolerancia disfrazada de ofensa, donde los dardos lanzados no pasarían la prueba frente al propio lanzador.

Entre mis pasos existe siempre una disculpa por no creer e inagotables razones se quedan en pensamientos mientras permito, respetuosamente, que los demás hablen libremente sobre sus dioses y doctrinas.

Y es que descartar la religión en un mundo esencialmente creyente no es poca cosa; hay que estar bien preparado para justificar la “herejía” frente a todos, hasta los más cercanos. Es allí donde inicia su camino la intolerancia y yo, en mi condición de mujer nacida y criada en el tercer mundo, he desarrollado un buen radar para detectar discriminaciones.

Los que me conocen saben que disfruto de la ciencia, el periodismo científico no es sólo mi trabajo sino también mi pasión, me angustio ante noticias sensacionalistas (al estilo Muy Interesante) que echan por el suelo el elegante trabajo que realizan los investigadores. Como afirmó elocuentemente Richard Dawkins (sí, él otra vez) durante el documental “Enemigos de la razón”: “la ciencia es la poesía de la realidad”; es precisamente por comentarios así que lo cito tanto.

Que los humanos hayamos desarrollado herramientas para conocernos como especie y al mundo que habitamos, es lo que me impulsa a escribir columnas como éstas. No obstante, la investigación científica es un imán para los aclamadores de dioses. Inevitablemente, si es usted un seguidor fiel de escrituras sagradas, es posible que no esté de acuerdo con gran parte del desarrollo científico. Creo que esas personas que toman sus escritos divinos con fidelidad fundamentalista deberían de optar por vivir estilos de vida mucho más radicales y apartarse, no sólo de lo que supuestamente es pecado (algo imposible para cierta mayoría), sino también de todo el desarrollo científico cuyas conjeturas contradigan las explicaciones en sus libros: desde el uso de los fotones que se desprenden de cada bombillo en su hogar hasta las vacunas que salvan la vida de millones y cuyas gotas dejamos correr por la garganta de nuestros hijos.


Pero es curioso como las personas adecúan sus pensamientos por más contradictorios que éstos sean (¿recuerdan el hemisferio intérprete?). El conjunto de esos avances científicos integrados a la vida moderna (casi todo, realmente), es aceptado, asimilado y utilizado sin reparar en el conocimiento que lo hace posible. Es plausible aceptar la terapia genética sin relacionar que esos mismos discernimientos sobre la molécula del ADN que la admiten, están vinculados al proceso de la evolución y que compartimos porcentajes variados de ella con los demás animales. Estas implicaciones, sin embargo, pueden ser pasadas por alto, objetadas y rechazadas por las mismas personas que aceptarán la terapia para salvar sus vidas.

Y ni hablar de cuando un científico mete la pata. No sólo se convierte en el microbio que pudre las demás manzanas en el canasto, sino que se intenta desmentir todo lo demás. Precisamente por ello, la ciencia misma se mide con un sinnúmero de autorestricciones; si no fuera así no hubiese forma alguna de diferenciar lo que tiene validez científica de lo que no la tiene. Por ejemplo, si emito una opinión basada en experimentos, la gente pregunta enseguida ¿cómo saben eso?, ¿cómo lo descubrieron?, ¿y qué pruebas tienen? Necesariamente, los investigadores están obligados a realizar experimentos a “doble-ciego”, introducir el efecto placebo en sus resultados y luego enviarlo a un consorcio de colegas elegido por otros investigadores, para que lo revisen. Todo esto con el propósito de filtrar errores, producir evidencias confiables, desenmascarar estadísticas que vayan más allá de la pura circunstancia y desentrañar la realidad de la experiencia puramente subjetiva. Aún así se cometen errores.

Ahora bien, las creencias religiosas no pueden ser sujetas a observaciones bajo ese mismo microscopio detallista que usamos para la ciencia; al final de las observaciones, únicamente encontraríamos respuestas basadas en la fe, en la experiencia subjetiva de los que creen, todo lo demás se cae bajo la lupa científica. Los escritos en los libros sagrados contradicen la explicación que poseemos hasta el momento sobre el Universo y la evolución de la vida sobre la Tierra. Estará en cada creyente encontrar su forma de enmendar estas contradicciones. En este sentido, mucha gente estructura rutas paralelas entre sus creencias y la ciencia.

Muy bien, digo yo, perfecto.


Pero la religión, por naturaleza, es impositiva y predicativa. Un sinnúmero de religiosos desea interceptar los caminos, convertir, no sólo a los ateos, agnósticos y demás ovejas descarriadas, sino también a los creyentes de otras religiones (aquí en mi país, testigos de Jehová, evangélicos y mormones han desarrollado una acelerada y extendida estrategia de reclutamiento), para atraerlos hacia una nueva verdad con interpretaciones recientes del mismo viejo versículo y que se den cuenta que han estado venerando a su dios de la forma equivocada.

El otro día, a raíz de la muerte de Michael Jackson, alguien en la oficina expresó que el espíritu de la celebridad ahora estaba en un proceso complejo hacia cierto estado que, según pude interpretar, se asemeja a esas nuevas ideas que tienen los creyentes liberales sobre el cielo.

Pregunté, esta vez en voz alta, ¿y cómo es que sabes eso?

Pero la respuesta a esa pregunta cambia de acuerdo con el libro que adores, la cultura que te haya acogido, los padres que te hayan criado, los caminos distintos que hayan tomado tus neuronas y hasta tu edad. De hecho, he escuchado y leído tantas versiones sobre lo que pasa después de la muerte que responder: “la verdad es que no sé, aunque deduzco que nada”, me regala una apacible satisfacción que sólo yo disfruto.

Hay una infinidad de cosas que desconozco, no por ello voy a darle la explicación que más me satisfaga, tampoco se me ocurre la más extraordinaria y difícil de explicar, prefiero esperar a que lo resolvamos con las herramientas que hasta el momento poseemos. ¿Qué hay de malo en eso?


En las últimas semanas, he leído las críticas de varios teólogos hacia el Nuevo Ateísmo (y los nuevos ateos), ese que discute sin miedo en vez de pedir disculpas por no creer. El ateo que aboga por un mundo donde la religión se mantenga en los lugares más apropiados: los hogares creyentes, las iglesias y los templos; fuera del gobierno, de las leyes y de la educación pública. Es un paso enorme frente a mi forma apologética de no creer y no puedo negar que me gusta. A todos nos gusta descubrir grupos que hablen nuestro idioma y nos dejen ser, sin disculpas ni justificaciones: si yo respeto, ¿por qué no exigirlo también?


Pero en el mundo de los humanos las cosas nunca son tan simples. La religión organizada tiene poder, poder para interferir en las leyes e imponer sus pensamientos sobre mi vida y mis decisiones. La religión predica y exige una moral que ni siquiera sus propios miembros pueden seguir y, obstaculiza, con historias absurdas sobre el mundo, lo que hemos logrado descubrir hasta el momento. Que mi vecino le enseñe a su hijo que el mundo fue creado en seis días y uno fue usado para descansar (o cualquiera que sea su versión), no es, en mi opinión, mi problema, el conflicto para mí inicia cuando esa misma opinión es expresada por la profesora del mío en el colegio.

Hagamos una pequeña prueba. Imagine que, así como ha pasado tantas veces y continúa ocurriendo, una tribu de habilidades superiores invada su ciudad, domine a los gobernantes e imponga rituales distintos, dioses con nombres diferentes y nuevas normas. Que obliguen a todos a rezar oraciones nuevas y enseñen en las escuelas otras verdades escritas en el extraño libro. En un predicamento similar vivimos millones de personas, desde ateos y agnósticos hasta cristianos y musulmanes de distintas denominaciones y en diferentes partes del mundo, ultrajados por no pertenecer a la religión dominante. Si alguna Iglesia (en mi país es todavía la católica) es hermana del Estado, todo el que no pertenezca no puede sentirse gobernado justamente. Si aceptamos la libertad de expresión, no podemos, por lo tanto, permitir que las leyes se basen en interpretaciones específicas de un culto sobre un único libro.

Como ponderaba un amigo una de estas tardes calurosas cuando el anhelo por más libertades y un asomo de justicia le arrebató un suspiro, “sólo un religioso podría enorgullecerse de ‘ser hombre de un solo libro’”.

¿Orgullo ateo?
Ni satánicos ni esnobs

En la actualidad, si usted se identifica como ateo, olvídese de entrar en el mundo de la política latinoamericana y es probable que se sienta empujado a no visitar otros círculos también. Entre muchos, el ateo ofende por su mera presencia; no creer es, o parte de un plan satánico contra dios o simple y sencillamente un gesto de muy mala educación hacia los demás, como si la opción misma debiese ser abolida.

Nunca he partido de la premisa de que el creyente es menos inteligente ni perspicaz tampoco pienso que sea más bondadoso ni tolerante, esas cosas se evalúan individualmente; no suelo deliberar que aquel que cree en seres sobrenaturales es necesariamente crédulo en todo lo demás, somos animales muy complejos para ser medidos y definidos por una sola faceta de nuestras vidas. Justamente, es esa forma de evaluación la que espero de los creyentes al conocer mi condición de atea. Tolerancia, respeto, empatía…libertad.


Mientras tanto, a la hora de gobernar, impartir justicia y crear leyes, dejemos las creencias fuera del salón de discusión y entremos a examinar la realidad de forma objetiva con las herramientas que poseemos, a las que hemos confiado el desarrollo del mundo moderno (la gran mayoría de mis amigos creyentes, a los que admiro, está de acuerdo en este punto). En las palabras del biólogo de la Universidad de Minnesotta, PZ Myers (http://scienceblogs.com/pharyngula), la “ciencia es una actividad sublimemente humana y una parte central de lo mejor de la cultura de Occidente…y de cualquier cultura terrestre que aspire a ser más que una colección de criadores humanos, propagándose por el sólo hecho de propagarse. Es lo que nos da el potencial para alcanzar más allá de sólo ser, nos provee con el tiempo de ocio y la libertad para florecer en las artes y explorar la diversidad de la experiencia humana. Hasta la misma religión institucionalizada es un subproducto accidental de los primeros tipos listos que decidieron desviar un río para irrigar sus campos, lo que nos llevó a la centralización, urbanización, jerarquías de líderes, contabilidad, escritura y toda la avalancha de cambio que prosiguió"…

Me gusta que el ateísmo sea más vocal; no somos criminales satánicos ni esnobs; no vivimos amargados ni deprimidos. Es hora de arrancarle ese estigma al ateísmo y, sin prédicas, disculpas ni complejos de superioridad, enorgullecernos de nuestras conclusiones, estilos de vida y, principalmente, de nuestro fundamental sentido de la ética.